jueves, 23 de marzo de 2017

LOS CRÍMENES RITUALES / ALBERT MINNIOT

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Durante ocho siglos apenas si pasó alguna década -y a veces ni siquiera un año-, sin que se acusara a los judíos de emplear sangre de cristianos para sus ritos y de recurrir para obtenerla a secuestros y asesinatos. En más de 200 asesinatos de esa índole los promotores no encontraron un solo caso que pudiera dar algún fundamento a esa absurda calumnia. Sin embargo, la patraña se extendió durante mucho tiempo.
Ahora bien: es altamente probable, y hasta seguro que algunos magos judíos, tradicionalmente asociados a la magia y las artes ocultas en alta proporción, hayan inmolado a niños. De ahí la formación de la leyenda del sacrificio ritual. Se estableció una relación entre los actos aislados de algunos hechiceros y su carácter de judíos. 
De la misma forma que se podrían buscar hombres de otra religión o nacionalidad asociados a estos crímenes sin poder culpar por ello a la generalidad. O, a lo sumo, como en el catolicismo, bien se puede pedir disculpas por crimenes cometidos por sólo algunos antepasados sin que de ninguna forma se puede hablar de criminalidad general.
En todo caso, la investigación histórica debe hacer frente a que la particular acusación contra judíos en estas prácticas se encuentra en los lugares más distantes, sin comunicación entre sí y durante siglos de forma constante. Aunque muchos daten de la Edad Media, un gran número tuvo lugar en los siglos XVII, XVIII y XIX, mientras que otros son muy recientes y pertenecen a la actualidad, por lo que sería necesario analizar los hechos con más detalle.
Cuando el doctor judío Ariel Toaff, hijo del Gran Rabino de Roma, especialista en estudios sobre la judería medieval y profesor de una universidad israelí descubrió que algunos de estos casos tenían base real no se le ocurrió culpar al judaísmo sino que lo estudió como actividades criminales de magos judíos desviados de su tradición mosaica, sin embargo, ante el ataque de sus connaciales tuvo que pedir disculpas y sacar su trabajo de circulación. Es así que el libro de Albert Monniot sigue siendo el trabajo de referencia para la documentación sobre estos extraños casos a pesar de los años transcurridos y su visión sesgada.


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