viernes, 17 de marzo de 2017

LOS CONVERSOS EN LAS INDIAS FEDERICO RIVANERA CARLES

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Poco después que España logró su unidad y empezó la conquista indiana que la transformaría en la mayor potencia del mundo, a principios del siglo XVI, desde Inglaterra, se lanzó contra ella y los españoles una interminable campaña de odio, calumnias y falsedades, forjándose así una deleznable caricatura de España y su pueblo, de la monarquía, la Iglesia y la Inquisición, su religiosidad, cultura, hábitos, etc. Esta leyenda Negra, impulsada por sus enemigos, sigue vigente, lina pretensa historia llena de aseveraciones sin respaldo alguno se impuso como verdad revelada, cobrando nuevo impulso en el V Centenario del Descubrimiento y el Edicto de Expulsión de los judíos públicos. De este modo, la historia de España y de las Indias ha sido reemplazada por una ficción literaria: la Leyenda Negra.
Los judíos conversos han tenido singular protagonismo en el proceso histórico indiano, cuya ignorancia torna a éste incomprensible. Ahora bien, para su completa intelección es menester aprehender el fenó­meno marrano. En tal sentido, el tratamiento sistemático de este pro­blema, que comenzó en la península después de la guerra civil, adoleció de una orientación unilateral marcadamente favorable al judaismo y justifi­cativa del criptojudaísmo, lo cual afectó seriamente su objetividad, al margen de las críticas de ciertos autores hacia el comportamiento de los cristianos nuevos en sus actividades económicas y financieras. Sucede otro tanto en los escritos de temas indianos y, por otra parte, ni siquiera existe un estudio de conjunto relacionado con la presencia de los cristianos nuevos en las Indias.
Si bien Francisco Giménez Fernández en su meritorio Bartolomé de las Casas realizó una crítica profunda de la actuación de los conversos en las Indias, se circunscribe al período inicial y trata parcialmente el tema, la Leyenda Negra sigue predominando en la historiografía, pero detrás de ella se encuentra la historia real de los conversos en las Indias.
Esta es la que aborda el autor de manera sucinta, pero en sus variadas y complejas facetas que exceden el marco indiano, valiéndose de una copiosa documentación proveniente de fuentes inobjetables.

En esta obra enjundiosa Rivanera Carles dilucida quiénes fueron los verdaderos responsables de la expoliación de las Indias, la desinte­gración del Imperio Hispánico y el sometimiento bicentenario de Hispa­noamérica. No puede dejar de leerse.

ÍNDICE

Preliminar            07

I PARTE
EL CRIPTOJUDAÍSMO. SU NATURALEZA E IMPORTANCIA HISTÓRICA
El marranismo. Del judaísmo público al judaísmo secreto            13
Poderío e influencia de los conversos   23
Los Estatutos de Limpieza de Sangre     47

II PARTE
LA HEGEMONÍA CONVERSA EN LAS INDIAS
Los conversos, Colón y las Indias             69
Los conversos en el gobierno de las Indias durante la Regencia fernandina        77
Masiva emigración subrepticia de cristianos nuevos a las Indias               101
Monopolio converso del trato indiano legal e ilegal        117
Los conversos y el tráfico legal de esclavos negros          127

III PARTE
LOS CONVERSOS INDIANOS Y LA GUERRA INTERNACIONAL DEL MARRANISMO CONTRA ESPAÑA
La Internacional marrana contra el Imperio Hispánico    151
Conjuras y planes para establecer un Estado judío en las Indias               171
Las Complicidades Grandes de Lima, México y Cartagena           171
El proyecto de Simón de Cáceres para la conquista de Chile       189
La destrucción del Imperio y el sometimiento de Hispanoamérica          197
Reflexiones finales         207
Bibliografía         211

PROEMIO

Poco después que España logró su unidad y empezó la conquista indiana que la transformaría en la mayor potencia del mundo, a prin­cipios del siglo XVI, desde Inglaterra, se lanzó contra ella y su pueblo una interminable campaña de odio, calumnias y falsedades, forjándose así una deleznable caricatura de España y de los españoles, de la monarquía, la Iglesia y la Inquisición, su religiosidad, cultura, hábitos, etc. Esta Leyenda Negra, instigada por sus enemigos, sigue vigente. Una pretensa historia llena de aseveraciones sin respaldo alguno se impuso como verdad revelada, cobrando nuevo impulso en el V Centenario del Descubrimiento y el Edicto de Expulsión de los judíos públicos. De este modo, la historia de España y de las Indias ha sido reemplazada por una ficción literaria: la Leyenda Negra.
Los judíos conversos han tenido singular protagonismo en el proceso histórico indiano, cuya ignorancia torna a éste incomprensible. Ahora bien, para su completa intelección es menester aprehender el fenómeno marrano. En tal sentido, el tratamiento sistemático de este problema, que comenzó en la península después de la guerra civil, adoleció de una orientación unilateral marcadamente favorable al judaísmo y justificativa del criptojudaísmo (1), lo cual afectó seriamente su objetividad, al margen de las críticas de ciertos autores hacia el comportamiento de los cristianos nuevos en sus actividades económicas y financieras. En consecuencia, aunque se han publicado excelentes trabajos sobre diversos aspectos de la cuestión, no se extraen las conclusiones resultantes, a veces imputable a una concepción errónea del judaísmo y, por tanto, del marranismo, sus razones y metas, pero, generalmente, más allá de esa limitación, las tergiversaciones son deliberadas y atribuibles a pusilanimidad y espíritu acomodaticio. Si bien algunos investigadores judíos realizaron valiosos aportes, tal el caso de Albert Sicroff acerca de los estatutos de limpieza de sangre, concluyen, es lógico, en un panegírico de sus conraciales y diatribas contra los adversarios, el Santo Oficio y la España imperial. Sucede otro tanto en los escritos de temas indianos y, por otra parte, ni siquiera existe un estudio de conjunto relacionado con la presencia de los cristianos nuevos en las Indias. Como puede advertirse, en estos tiempos son muy escasos los historiadores genuinos, a pesar de que existen sobresalientes estudiosos.
En Bartolomé de las Casas (2 vols., 1953-1960) Francisco Giménez Fernández realizó una crítica profunda de la actuación de los conversos en las Indias, pero se circunscribe al período inicial y fundamentalmente a la relación con los indígenas. Sin embargo, esta investigación pionera, escrupolosamente documentada -en parte con material inédito-, constituye un texto imprescindible, pese a que también muestra un deficiente conocimiento del problema marrano.
La Leyenda Negra sigue predominando en la historiografía, pero detrás de ella se encuentra la historia real de los conversos en las Indias. Esta es la que abordaré de manera sucinta, pero en sus variadas y complejas facetas que exceden el marco indiano, respaldada en una copiosa documentación proveniente sólo de fuentes judías y projudías (2). Esto me ha posibilitado dilucidar quiénes fueron los verdaderos responsables de la explotación de los indios, el contrabando, el tráfico de negros, etc., así como de la desintegración del Imperio Hispánico y el sometimiento bicentenario de Hispanoamérica.
El presente escrito es una refundición parcial de mi libro Los conversos. Estimé pertinente hacerlo ante la necesidad de disponer de un texto exclusivamente referido a la actuación de los cristianos nuevos en las Indias, ya que en el mismo esto se encuentra distribuido de otro modo, puesto que trata el tema en general. Respondo así a las solicitudes que, desde la aparición de la obra de marras, me hicieran llegar lectores interesados y, así también, incorporo nuevos datos, parte de los cuales omití entonces para no demorar la publicación de aquélla, ya que el cúmulo de documentación que obtuve luego de finalizarla, en enero de 1990, habría hecho necesaria su completa reelaboración, según expliqué en el prólogo. Entre el material adicionado se destaca el importante tema del comercio legal de esclavos negros, y los alzamientos secesionistas del siglo XVI -muy sumariamente reseñados-, que prefiguran los independentistas de tres centurias más tarde.

Federico Rivanera Carlés
Ciudad de la Trinidad (Buenos Aires) (3), 2 de diciembre de 2011.



NOTAS:

1.- Excepto algunas obras de sacerdotes católicos que enfocaron sólo el ángulo religioso
2.- La grafía de los documentos antiguos ha sido actualizada.
3.- Erróneamente suele llamarse a esta ciudad Santa María del Buen Aire, nombre de la primera fundación. Juan de Garay la bautizó "Ciudad de la Trinidad, puerto de Santa María de Buenos Aires", que por su extensión en los documentos oficiales, a partir del gobierno de Felipe II, abrevióse en "Ciudad de la Trinidad, puerto de Buenos Aires". El nombre nunca se modificó, pero fue deliberadamente abandonado por el marranismo dominante, en razón de que el trinitarismo es el dogma antijudío por excelencia. Esto ha permitido que a sus habitantes se los denomine impropiamente porteños y no trinitarios.

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