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Envíos a todo el mundo.
Adolf Hitler, al hablar de sus experiencias de
juventud en “Mi Lucha” dice:
“A mis experiencias y conocimientos adquiridos
entonces, poco tuve que añadir después; nada fue necesario modificar. Por el
contrario, hoy estoy firmemente convencido de que en general todas las ideas
constructivas se manifiestan, en principio, ya en la juventud, si es que
existen realmente.”
De los miles de libros que se han escrito y se
siguen escribiendo sobre Hitler uno sólo puede hablar con autoridad sobre esta
época donde el joven Adolf formó su carácter, sus ideas constructivas y su
cosmovisión. August Kubizek era su único compañero entonces, con quien
compartía la enorme afición por el arte y la música, y por el maestro Richard
Wagner en particular, que tanto influyera en Hitler, y ésta es la única obra
que se conserva sobre esta época. Más aún, es el único libro que realmente
puede hablar de Hitler desde la intimidad, pues Kubizek fue su único amigo y
familia en aquellos años, por lo que Adolf conversaba por largas horas sobre
sus inquietudes, planes e ideas con él.
Y el contenido de “Adolf Hitler, mi amigo de
juventud” está realmente a la altura de las expectativas. En él se puede
apreciar casi todas las características que hicieron de Hitler el hombre que
fue. Su constante preocupación por el arte y los problemas sociales, su énfasis
puesto en los valores y virtudes alemanas, y, sobre todo, su incansable estudio
y planeamiento de proyectos para devolver a Alemania su grandeza y llenar al
pueblo de beneficios que le den una mejor vida. Hitler daba una realidad
asombrosa a sus planes que existían únicamente en su mente: dibujaba planos
arquitectónicos, hurgaba hasta en los más mínimos detalles de la logística
necesaria para llevarlos a cabo, mandando a averiguar por los detalles más
nimios como si su obra fuera a ser construida al día siguiente. Ninguna obra de
arte o arquitectónica pasaba desapercibida ante él, todo lo planeaba para
utilizarlas en su reconstrucción de Alemania, y no pasaba un día sin que se
ocupara de un problema social planeando soluciones a los mismos. De algunos de
ellos August guarda incluso los planos de juventud que increíblemente se
transformaron en realidad una vez alcanzado el poder que Hitler buscaba para
poder realizarlos.
El relato de August Kubizek, más allá de ser
simplemente la historia de una amistad de juventud, intentar no hacer
referencia a lo que pasó después de aquellos años y no tener fines políticos,
ya que siempre fue un desinteresado por la política y jamás quiso sacar
provecho de sus experiencias, o hasta fue siempre reacio a contarlas o
escribirlas para no aportar más leña al fuego del sensacionalismo creado sobre
su amigo, es una obra de referencia, como no hay ningún otra, para todo
historiador serio o simple curioso que quiera conocer la vida de Adof Hitler y
las inclinaciones que lo formaron desde la más temprana edad.
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